Eólica Marina y Energías del Mar en España 

Eólica Marina en España 

España es una potencia eólica global, tanto en fabricación de equipos como en generación de energía; con 27,5 GW de potencia instalada en tierra firme, es el quinto país del mundo, por detrás de China, EEUU, Alemania e India. Además, cuenta con una industria naval, un sector marítimo-portuario y unas capacidades tecnológicas y de ingeniería que ya han convertido el país en un referente internacional de la cadena de valor de las instalaciones eólicas marinas.

La eólica marina es una tecnología clave en la UE, donde crecerá desde los 12 GW actuales hasta los 60 GW en 2030, según la “Estrategia UE sobre las Energías Renovables Marinas” de la Comisión Europea. Pero apenas se ha desarrollado en España, por la elevada profundidad de las aguas territoriales para proyectos con cimentación fija –inviable a partir de 50 metros de profundidad–, la solución tecnológica consolidada hasta el momento.

La Eólica Marina Flotante se está convirtiendo en una alternativa renovable de elevado potencial que se adapta muy bien a las características de la plataforma continental española

No obstante, España es una potencia en las incipientes soluciones flotantes para los parques eólicos marinos: de las 27 identificadas a escala global, siete son españolas. También es el país europeo con más instalaciones de I+D para eólica flotante y las otras energías del mar, como la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) y la Plataforma de Energía Marina de Vizcaya (BiMEP) o la Zona experimental de aprovechamiento de energías marinas de Punta Langosteira (La Coruña), el segundo banco de pruebas del mundo para la energía de las olas. 

Hoja de Ruta Eólica Marina y Energías del Mar en España

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) publicó en diciembre de 2021 la Hoja de Ruta para el Desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar en España, con 23 líneas de actuación para convertir el país en una gran referencia europea para el desarrollo tecnológico y de I+D en las distintas tecnologías, y reforzar la potente cadena de valor de la industria nacional, ya con categoría de líder global. Además, garantiza un despliegue ordenado de las instalaciones en las aguas territoriales que sea respetuoso con el medio ambiente, compatible con otros usos y actividades, y aprovechará su implantación para mejorar el conocimiento del medio marino.

Entre otras medidas, se evaluarán las necesidades de la infraestructura portuaria, donde se estiman unas necesidades de inversión de 500 a 1.000 millones de euros; se promulgará un nuevo marco regulatorio para la actividad, claro y previsible; y se habilitarán al menos 200 millones de euros en ayudas para I+D hasta 2023. Con vistas a 2030, se marca el objetivo de alcanzar entre 1 y 3 GW de eólica marina flotante y hasta 60 MW de energías del mar.

Cuatro grandes objetivos

Partiendo de esta fortaleza industrial y tecnológica, la Hoja de Ruta promueve la eólica flotante y otras energías del mar –undimotriz, mareomotriz, gradiante salino, gradiante térmico–, además, persigue cuatro objetivos con vistas a 2030, desarrollados con 23 líneas concretas de actuación:

  1. Establecerse como polo de referencia europeo de I+D para el diseño, escalado y demostración de nuevas tecnologías, reforzando las plataformas de ensayo existentes y ofreciendo el mejor entorno y el más rápido para probar nuevos prototipos. A tal fin se activarán al menos 200 millones de fondos públicos entre 2021 y 2023 en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
  2. Ser referente internacional en capacidades industriales, generando cadena de valor y empleo de calidad en todo el ciclo de vida de las tecnologías, optimizando las condiciones logísticas –básico, por las grandes dimensiones de los equipos eólicos– y acompañando a la iniciativa empresarial, siempre con una perspectiva de economía circular. Se incide en las sinergias con sectores ya punteros en nuestro país, como el naval, el siderúrgico o la experiencia en la energía eólica terrestre.
  3. Integrar la sostenibilidad como pilar central del desarrollo de las energías renovables en el mar. Además de un despliegue ordenado gracias a los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, ahora en información pública, se aprovechará el despliegue de estas tecnologías para incorporar sistemas de monitorización del medio marino, facilitando su conservación y mejorando el conocimiento de las interacciones y afecciones de las distintas actividades.
  4. Desplegar de un modo ordenado las instalaciones renovables, eólicas en particular, con una regulación clara y previsible, sobre tres elementos clave: ordenación espacial, conexión a red y modelo de negocio, que adquieren especial relevancia por la ubicación de las plantas en dominio público, la gran inversión inicial que precisan y su elevada generación eléctrica. Así, el procedimiento de adjudicación de nuevos proyectos podrá contemplar etapas de precalificación y un mecanismo de concurrencia para identificar los proyectos más adecuados en cada caso.

Un 40% del objetivo europeo de eólica flotante

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé una capacidad de 50 GW de potencia eólica instalada para 2030, considerando tanto los parques en tierra firme como aguas adentro. Atendiendo al estado del arte de la tecnología flotante, la Hoja de Ruta introduce el objetivo para esta tecnología de alcanzar entre 1 y 3 GW al final de la década.

Igualmente, la Hoja de Ruta aspira a instalar de 40 a 60 MW para las energías del mar en 2030, a partir de la sólida base de los centros de investigación nacionales, como el citado de Punta Langosteira, donde opera un consorcio internacional; el Gran Tanque de Ingeniería Marítima de Cantabria; las Infraestructuras Integradas Costeras para Experimentación y Simulación (iCIEM) del Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universidad Politécnica de Cataluñala; el Centro de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo (CEHIPAR), dependiente del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA); o el Centro de Estudios de Puertos y Costas del CEDEX.

Estos nuevos objetivos de potencia instalada suponen contribuir muy notablemente a los objetivos de la Estrategia sobre las Energías Renovables Marinas de la Comisión Europea, que prevé alcanzar 7 GW de eólica flotante –España podría aportar hasta el 40%– y 1 GW de otras energías al final de la década.

Para facilitar la aplicación de la Hoja de Ruta, además de los citados 200 millones para I+D, hay numerosos programas de financiación, tanto europeos como nacionales. 

Reducir los costes al 25% en una década

De acuerdo con los estudios prospectivos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y Wind Europe, la eólica flotante acelerará su maduración tecnológica en los próximos años, aumentando su competitividad. Los proyectos de demostración a pequeña escala de eólica flotante tienen un coste de generación durante su vida útil (LCOE) de 180 a 200 euros por MWh. Para el año 2025, el LCOE de los primeros parques comerciales, con tecnología actual, debería haber bajado a 80-100 euros por MWh, y hasta los 40-60 euros por MWh en 2030.
La Hoja de Ruta aprovecha la Agenda Sectorial de la Industria Eólica, que forma parte de la Estrategia de Política Industrial de España 2030 y se incardina en el Componente 7 del PRTR, dedicado al despliegue e integración de las energías renovables.