Tabletas y móviles: Etiquetado energético y ecodiseño

Etiquetado energético y diseño ecológico llegan a teléfonos móviles, inalámbricos y tabletas

El pasado 20 de septiembre entró en vigor la nueva reglamentación europea referente al etiquetado energético y los requisitos de diseño ecológico que afectan a los teléfonos inteligentes, los teléfonos móviles distintos de los teléfonos inteligentes, los teléfonos inalámbricos y las tabletas pizarra: unas nuevas normas para hacer que los teléfonos y las tabletas sean más duraderos, más eficientes desde el punto de vista energético y más fáciles de reparar, facilitando que los consumidores puedan tomar decisiones más sostenibles.

De cara a la adaptación total por parte de fabricantes y distribuidores, ambas normativas no estarán plenamente vigentes hasta el 20 de junio de 2025: en ese momento, no podrán comercializarse productos que no cumplan con los nuevos requisitos que ahora se han aprobado.

La importancia de esta nueva normativa radica en que afecta a los equipos consumidores de energía que más ampliamente han penetrado en nuestros hogares en los últimos años. De ahí que se haya estimado por parte de la Comisión que, de aquí a 2030, los teléfonos móviles y las tabletas fabricados con arreglo a estas normas ahorrarán casi 14 teravatios-hora de energía primaria cada año: lo que supone un tercio de la energía primaria que estos productos consumen actualmente en la UE. Sumando, además, que los requisitos que ahora se establecen, en cuanto a su diseño ecológico, contribuirán a optimizar el uso de materias primas fundamentales y facilitarán su reciclado.

Por tanto, no cabe duda de que estas medidas contribuyen a hacer que la economía de la UE sea más circular, a ahorrar energía, a reducir nuestra huella de carbono, a apoyar modelos de negocio circulares y a brindar a los consumidores los beneficios del Pacto Verde Europeo.

El Reglamento Delegado sobre etiquetado energético aprobado, establece que los teléfonos inteligentes y las tabletas que se introduzcan en el mercado de la UE deben mostrar información sobre su eficiencia energética, la longevidad de sus baterías, la protección contra el polvo y el agua, y la resistencia a las caídas accidentales. También es la primera vez que los productos que se introduzcan en el mercado de la UE deben presentar una puntuación de “reparabilidad”, que ayudará a los consumidores a tomar decisiones de compra más informadas y sostenibles y fomentará el consumo sostenible.

Los nuevos productos utilizarán las actuales etiquetas energéticas de la UE, ya conocidas, que presentan una escala de la A a la G, y el registro europeo de productos para el etiquetado energético (EPREL, por sus siglas en inglés), disponible a nivel de la UE, proporcionará información adicional sobre los productos.

De acuerdo con el Reglamento, el etiquetado energético deberá contener la siguiente información:

I. un código QR, que enlaza con la información completa del producto aportada por el proveedor;

II. la marca comercial;

III. el identificador del modelo del proveedor;

IV. la escala de clases de eficiencia energética, de la A a la G;

V. la clase de eficiencia energética;

VI. la autonomía de la batería por ciclo (ENDDevice), en horas y minutos por carga completa de la batería;

VII. la clase de fiabilidad en caída libre repetida;

VIII. la clase de reparabilidad;

IX. la autonomía de la batería en ciclos;

X. el índice de protección contra la penetración de partículas y humedad;

XI. el número del Reglamento que regula el etiquetado energético, es decir, «2023/1669».
 

Tabletas y móviles: Etiqueta energética


Por lo que se refiere al Reglamento sobre diseño ecológico, en él se establecen requisitos mínimos para los teléfonos móviles e inalámbricos y las tabletas que se introducen en el mercado de la UE; entre ellos:

  • La resistencia a las caídas accidentales o al rayado, la protección contra el polvo y el agua, y el uso de baterías suficientemente duraderas. Las pilas y baterías deben soportar al menos ochocientos ciclos de carga y descarga y mantener como mínimo el 80% de su capacidad inicial.
  • Normas para desmontarlos y repararlos; incluida la obligación de que los productores pongan piezas de recambio críticas a disposición de los talleres de reparación en un plazo de cinco a diez días hábiles y hasta siete años después del final de la venta del modelo de producto en el mercado de la UE.
  • Disponibilidad de actualizaciones del sistema operativo durante períodos más largos: durante al menos cinco años a partir de la introducción del producto en el mercado.
  • Acceso no discriminatorio de los reparadores profesionales a cualquier software o firmware necesario para la sustitución.