5 diciembre 2018.- El nuevo marco regulatorio, en particular a través de la introducción de los primeros planes nacionales de energía y clima, brinda certeza regulatoria y condiciones propicias para que se realicen inversiones esenciales en este importante sector. Permite a los consumidores europeos convertirse en actores plenamente activos en la transición energética y fija dos nuevos objetivos para la UE en 2030: un objetivo vinculante de energía renovable de al menos el 32% y un objetivo de mejora de la eficiencia energética de al menos el 32,5%, que estimulará la actividad industrial de Europa y su competitividad, impulsará el crecimiento y el empleo, reducirá las facturas de energía, ayudará a combatir la pobreza energética y a mejorar la calidad del aire. Cuando estas políticas se implementen por completo, darán lugar a unas reducciones de emisiones para toda la UE de alrededor del 45% para 2030 en comparación con 1990. Finalmente, para esforzarse por lograr un objetivo de reducción de gases de efecto invernadero a largo plazo, el marco establece un sistema de gobernanza sólido.